viernes, 25 de junio de 2010

Capítulo XXV: Sólo por hoy.

Uriel se sentó en una mesa del comedor; estaba furioso. “No lo puedo creer… Es que nada más a mí y al pato Lucas”, pensó. Le dio un golpe a la mesa y se sobó las sienes. Lestat llegó de la nada y se sentó a su lado.

-¿Qué hay? ¿Por qué la cara de ano?

-¿Que por qué? ¡Ag! No me molestes ahorita –frunció el entrecejo.

-Uuff… ¿Qué te hizo la bipolar? Te conozco como si te hubiese engendrado. ¿Qué pasó?

-Nada.

-Dime.

-¡Ag! Otro se me adelantó.

-¿Quién te manda a ser lento?

-Es que… Ayer –tomó aire- ayer la recibí en mi casa, la cuidé, vimos película, le di mi ropa para que se cambiara, y hasta la besé. Hoy que decido dar un paso más, la veo dejándose manosear por el nuevo bailarín, el que va a ser el protagonista de la obra de “El cascanueces” con ella. Le tocaba casi todo lo que yo le toqué ayer y besé. Aún no puedo analizar lo que vi… -gruñó.

-Estás pasado de cuaima. ¡Búscate otra! ¡Sé un hombre!

Uriel lo agarró por el cuello de su camisa. –No me hagas mandarte al fondo del lago, ¿entendiste?

Lestat se rió un tanto nervioso. Había olvidado lo agresivo que podía ser Uriel si le provocaban.

-Tranquiiilo…Tranquiiiilo. Seguro el tipo es gay –le quitó la mano de su camisa lentamente. –Todos los bailarines son gays.

-¡Bah! Por supuesto que no es gay –se cruzó de brazos y vio a Amber entrando al comedor con Nickolas agarrados de la mano. -¿¡VES!?

Amber estaba siendo arrastrada por Nickolas al comedor como un perrito con corre.
-Nicko, estás haciéndome daño -protestó ella.

-Oh, lo siento, ballerina bella -se disculpó y la soltó, miró a su alrededor visualizando a Uriel -mira, mira... allí está.

-Pero Nicko, Uriel no... -trató de hablar pero Nickolas hizo caso omiso y la volvió a arrastrar hasta la mesa donde estaban Uriel y Lestat.

-Ho... hola de nuevo -saludó Nickolas y se sentó al lado de Uriel y obligó a Amber a sentarse a su lado.

-Hola -suspiró Amber sobándose las sienes.

Uriel lo miró extraño y Lestat aguantó las ganas de reírse. Al parecer todo el mundo se daba cuenta de la clase de “hombre” que era Nickolas menos Uriel.

-Hola –dijo Uriel con un tono un tanto escéptico.

-¿Cómo estás? -preguntó Nickolas algo nervioso, Amber entornó los ojos -va a ser más difícil de lo que creía decirle esto -pensó mirando a Uriel.

Uriel escuchó los pensamientos de Amber y enfureció pero trató de disimular lo mejor que podía. –Bien…

-¿Cuál es el interés en mi amigo Uriel? –Preguntó Lestat tratando de revelar las verdaderas intenciones de Nickolas.

Nickolas se sintió un poco inquieto -ah bueno yo... me tengo que ir -se levantó súbitamente y cogió a Amber de la muñeca -a... adiós, nos vemos luego -Amber se sobresaltó y Nickolas se la llevó arrastrando.

-Espera... tengo hambre, no podemos irnos sin comer, sino me desmayo -se quejó ella tratando de zafarse de la fuerte mano de Nickolas.

-Lo siento, lo siento. Te compro algo en el camino, es que estoy muy nervioso y él otro chico me interroga de pronto, ¿serán pareja?

-Ehh, no lo creo Lestat es un perro y, además a Uriel...

-¿No son pareja?, eso es muy, muy bueno para mí -sonrió y siguió arrastrando a Amber que bufó resignada.

Lestat dejó escapar una carcajada mientras que Uriel permanecía como un niño regañado cruzado de brazos.

-¡Te cambiaron por un gay! ¡NO LO PUEDO CREER! –siguió riéndose.

-¡Ja! ¡Ja! No le veo la gracia.

-¡Ag! Vamos, Uriel. Nickolas no es un hombre, es un gay de pies a cabeza.

-¿Ahora qué? ¿Te gustan los gays que los olfateas y los distingues de lejos?
-No, es que se le nota claramente.

-¡Ag! ¡Claro que no es gay! Amber pensó en que tenía que decirme algo… Seguro me dirá que empezó a salir con el tipito ese.

-Ah, qué bien… ¿Te vas a poner cuaima?

Uriel bufó. –Nah… Es mejor que lo deje así. No voy a intentar nada.

-Yo que tú, reclamo lo que es mío.

-Es que ese es el detalle: Amber no es absolutamente nada mío.

-Bueno, entonces te jodiste –Lestat sonrió ampliamente.

-Seh… ¿Qué más da? –Miró su reloj. –No quiero ir a la clase de francés.

-Mmm… Deberías entrar, tu profesor no vino hoy porque tuvo un accidente. Madame Angeliqué, la que le da clases a la chica bipolar y a la Virgen María, fue a verlo porque bueno…, ellos tienen una cosa rara; así que nos dará clases mi profesor de francés.

-Yo no acostumbro a desearle mal a nadie, pero gracias a Dios que el tipo ese no vino. Hoy estoy amotinado y él me saca de mis casillas… -bufó- no quiero reventarle el cuello.

-Por cierto, tenemos un Quiz.

-¿Quiz?

-Sí, una prueba. Es sorpresa… Oí a Madame y a mi profesor hablar sobre eso.

-Bueh… Pan comido.

-Para nosotros sí. Pero, cuidado con distraerte en clases con la bipolar; seguro estará allí con Nickolas –se burló.

-Ni me lo recuerdes –Uriel suspiró y ahora menos quería ir a clases.

Amber se dejó arrastrar otro poco más hasta que llegaron a uno de los jardines del campus -bueno, bueno... serás muy buena gente y todo pero cuando tengo hambre me molesto mucho y ya me estás sacando de quicio.

-Ahg, discúlpame, bella. Lo hice de nuevo; soy verdaderamente impulsivo cuando alguien me gusta -la soltó y se sentó en uno de los bancos.

-Tranquilo, te entiendo. Soy casi igual -se sentó a su lado -más te vale que me compres algo, me sacaste del comedor y quiero comer antes de que empiece la clase de francés, al parecer tendremos que ver clases todos juntos.

-¿Uriel va a estar allí?

-Sí, y lamentablemente el lobo feroz también.

-¿Quién es ese?

-El otro que estaba con él.

-Ah, ya si es verdad que me dijiste que era muy perro... bueno, espera aquí ya te traigo algo.
Nickolas se levantó y corrió hasta dentro del edificio de la escuela de artes culinarias. Al rato regresó con dos bandejas cerradas –toma, aquí tienes.

-¿Cómo conseguiste esto? -Amber se sorprendió por lo que había adentro, todo un almuerzo de carne, pasta, jugo y de postre, un pudín de chocolate.

-Tengo un amigo en la clase de artes culinarias, allí tienen una cafetería propia y me facilitó estas dos bandejas.

-Bueno, bon appétit -comenzó a comer con los cubiertos que le dio Nickolas, éste al verla sonrió y comenzó a comer también.

Luego de que acabaron, Amber guardó el pudín en su mochila para después, se fueron a la clase de francés donde se encontrarían con Uriel, Lestat y Katy.
Uriel y Lestat estaban en el pasillo fuera del salón de clases de francés; Uriel frunció el ceño al ver a Amber llegar con Nickolas, así que miró hacia otro lado, mientras que Lestat se distrajo viendo las piernas de una chica, que pare su sorpresa, era Katy con una falda y tacones negros con plateado.

-Virgen María –le saludó sonriendo.

-Perrito, ¿cómo estas? ¿Qué es de tu vida? -contestó sonriendo, algo que sorprendió a Amber al verla -¿así de feliz esta con Thony? -pensó.

-Muy bien, no te pregunto por ti porque veo que estás perfectamente –movió sus cejas con picardía.

-Si, estoy muy bien -no entendió la indirecta y le pasó por un lado para saludar a Amber y Nickolas -Amber, Nicko... pensé que se iban a saltar las clases hoy para practicar a solas.

-Ah si, bueno, es que después nos regañan por hacer eso y no quiero de Madame me coma viva, debe estar muy preocupada por el marido así que bueno...

-Bueno, entremos -sonrió y los tres se adentraron a la clase.

Nickolas se sentó cerca de Uriel, Amber al lado de Nickolas y del chico en silla de ruedas y Katy adelante a Amber.

Lestat se sentó al lado de Katy, no estaba acostumbrado a verla así; sólo la había visto una vez con ese tipo de falda y fue en el bar. Agnes apenas vio a Uriel entrar al salón, hizo de todo para poder sentarse a su lado. Uriel no tenía cabeza para pensar en nada; decía que ya había freído las últimas neuronas que le quedaban planeando cómo declarársele a Amber, para que a la final ella estuviese con Nickolas.

-Hola, Uriel –saludó Agnes con voz seductora y acariciándole un brazo.

-Hola, Agnes –dijo sin mirarla.

-Me dijeron que hoy es tu cumpleaños.

-No te mintieron…

-Entonces –se le recostó del hombro y le habló al oído. –Feliz cumpleaños –le besó la mejilla y se enderezó en su puesto.

A Uriel no le había afectado aquel cariño; ya estaba empezando a acostumbrarse a que cada vez que Agnes lo viera, se le lanzara encima.

Amber estaba distraída tratando de pensar cómo decirlo sin herir sus sentimientos, después de todo no quería romper el corazón de un amigo.
Uriel escuchaba los pensamientos de Amber, y era como si le clavaran varias estacas en la espalda lentamente. “Amigos, ¿estás escuchando bien? AMIGOS, nada más”, pensó y frunció el ceño.

-Hola, chica bailarina -saludó el chico en silla de ruedas al lado de Amber ella, no se había dado cuenta de que estaba allí, así que se sobresaltó un poco.

-Hola, ¿qué más?

-Todo normal, ¿y tú?

-En este momento las tengo difícil.

-¿Te encontraron tirando por allí?

-Ja, no... Es sobre un amigo, no sé cómo decirle algo importante y estoy segura de que heriré sus sentimientos.

-Pues, sólo díselo, nada puede ser peor que guardarse las cosas para uno, es mejor dejar que los demás sufran.

-Ammm... no lo creo, soy ruda pero no cruel.

-Entonces has como que no me has escuchado.

-Eso haré.

-Hey, ballerina bella, la clase ya va a empezar -le advirtió Nickolas desde el otro lado sonriéndole.

-Sí, ya sé, ahg pero me da fastidio. Debimos habernos ido a bailar en vez de estar aquí.

-Madame Angeliqué se molestará con nosotros si hacemos eso.

-¿Y qué importa?

El profesor entró, Amber lo había visto pero no lo conocía, al parecer era un renombrado director de orquesta retirado, y ahora daba clases de francés.

Uriel escuchó la conversación de Cedric con Amber y casi le da un patatús. “Es que nada más a mí pues”, pensó tomando aire. Lestat lo miró y le dio mucha gracia su cara de frustrado; pero siguió mirando las piernas de Katy, hasta tal punto, que llegó a incomodarla.

-¿Puedes dejar de mirar? -preguntó en voz baja Katy a Lestat molesta.

-Mmm… No. Por algo te la pusiste; para que te miraran –le sonrió.

-Pero no precisamente un perro como tú -frunció el ceño.

-Bueno, cálatela. Nadie te mandó a ponerte provocativa para éste lobo.

-¿Quieres que te lance el libro por la cabeza? -amenazó frustrada.

-¡Hazlo y te agarro una pierna!

-Hazlo, y busco una forma legal de matarte -frunció el entre cejo, se levantó y se colocó en el asiento que estaba detrás de Amber el cual estaba vacío.

Lestat rió y la siguió con la mirada hasta el sitio donde se sentó.

Uriel apoyó la frente de la madera de la mesa; los pensamientos de Amber lo dejaban más muerto de lo que ya estaba.

Amber no prestaba atención a lo que decía el viejo, de pronto una hoja se tendió sobre su mesa, al parecer era un quiz sorpresa, algo fácil para ella pero muy molesto.

A Uriel le entregaron la hoja del quiz; la vio como si le estuviesen diciendo un chiste tonto, lo contestó como si estuviese sumando dos más dos y lo devolvió. Agnes lo miró impresionada.
Amber contestó rápidamente le examen y lo entregó, se dio cuenta de que Uriel también lo estaba entregando, pero no le sorprendió, después de todo, el extraterrestre sabía como 10 idiomas.

Uriel se dio cuenta de que Amber lo miraba; la miró por un segundo y luego volvió a mirar hacia delante con el rostro serio. “Ag, ya qué carajo. Que me diga lo que me tenga que decir y ya. No me voy a mortificar”, pensó y miró el examen de Agnes; parecía que estuviese contestando chino mandarín en vez de francés.

Amber pasó por el lado del pupitre de Agnes y tuvo que contener una carcajada –lo que tiene de perra lo tiene de bruta -pensó tapándose la boca y sentándose en su puesto.

Uriel sintió lastima al ver las burradas de Agnes-Eso no va así…-le dijo tratando de ayudarla.
Agnes se detuvo y lo miró. -¿Cómo va?

-No me mires, sigue viendo la hoja –Uriel bufó y le explicó cómo debía responder mientras hablaba entre dientes y veía al pizarrón.

-Gracias –dijo ella sonriendo y entregó el quiz.

-De nada.

-Ahg, Uriel si es buena gente -pensó Amber-, yo la hubiera dejado que raspara por perra.
Después de una hora, la clase acabó y el profesor salió antes que todos. Lestat le habló a unos cuantos sobre la reunión que le haría a Uriel y les pidió que se quedaran; muchas chicas que estaban locas por Lestat y Uriel, aceptaron quedarse sin pensarlo dos veces, los amigos de él se quedaron y algunos profesores. Vio a Katy saliendo casi corriendo y la tomó del brazo.

-¿Qué? -preguntó secamente y sacudiéndose para que la soltara.

-Hey, Virgen María. Quédate para la reunión que le haré a Uriel. Amber y mucha gente se quedará.

-Mmmm, yo sé, me quedaré pero tengo que ir a buscar a Thon.

-Bueno. Dale, ve y busca a tu palillo de dientes. Te veo allá –le sonrió.

-Por lo menos no es un perro como tú -se volteó y se fue.

-¡Eso crees tú! –Le gritó y se burló. Luego detuvo a Amber y a Nickolas, quienes iban saliendo del salón. -¡Hey! Quédense para la reunión que le haré a Uriel.

-Ok, así podré hablar con Uriel sobre algo importante -le dijo y miró a Nickolas preocupada.

-¿Qué? ¿Terminarás con él? –Preguntó riendo.

-Nunca hemos empezado -frunció el ceño sonrojándose un poco.

Lestat carcajeó. –Debiste decir que sí –vio a Uriel saliendo del salón y dirigiéndose hacia otro lado. –Los veo luego. Ahí salió el amargado.

Nickolas que se había distraído con otra cosa no escuchó su conversación –Nicko, vamos a la casa del lobo feroz para la fiesta de cumpleaños de Uriel, ¿quieres venir?

-Claro, claro, ¿cómo no voy a ir? -sonrió animado.

-Como sea, no te me pierdas que te vas conmigo.

-No me separaría de ti por nada, bella.

-Sí…, vamos a esperar que el perrito nos diga dónde queda su casa.

Lestat antes de alcanzar a Uriel, se regresó hasta Amber y Nickolas y les entregó una tarjeta con su teléfono y dirección. –Si se pierden, me llaman.

-Si, bueno... entonces nos vemos allá, perrito. ¿Sabes para donde se fue Katy?

-Ah, sí. Fue a buscar a su maridito.

-Ahg, lo que me faltaba -entornó los ojos y cogió a Nickolas de la muñeca -vente vamos a buscarlos, ella es la única que nos puede llevar porque no tengo carro -se fueron a buscar a Katy en la escuela de arte callejero donde Thony veía clases.

Uriel caminaba molesto sin saber a dónde. Lestat logró alcanzarlo y lo detuvo.

-¡Hey! ¿Adónde se supone que vas? ¿Recuerdas que te haré una reunión en mi casa?

-Iba a mi casa… Estoy obstinado. Escucho los pensamientos de las mujeres, y la que me gusta, no la entiendo. ¿Puedes creerlo?

-Relájate. Seguro no es lo que crees…

-Nooo… Si no me dice que le gusta Nickolas y que tiene algo con él, me dirá que es lesbiana y que le gusta Katy. Una de esas dos.

-Pero tú si exageras.

-Tengo motivos –frunció el ceño y siguió caminando.

-Vamos a mi casa… Hay gente esperándote. Podrás beber lo que quieres y olvidar todo este lío –le puso un brazo sobre los hombres.

Uriel bufó. –Bueno, vamos.

Caminaron hasta el muelle y se montaron en el ferry.

Amber y Nickolas consiguieron a Katy y Thony; se montaron en el ferry juntos, luego de eso, como pudieron, se metieron en el mini-couper de Katy, Thony se quejaba de lo pequeño que era y Amber le reclamaba a él.

-¿Acaso este carro es tuyo, muchacho jodedor? -le dio un manotazo por la nuca.
-Ahg, Ver. Eso duele.

-Pues no te quejes... si tanto te molesta cómprale un autobús.

-Ya no peleen, llegamos -suspiró Katy y se estacionó frente a la enorme mansión de Lestat, la cual estaba completamente rodeado de los autos de la gente de la universidad.

-Es pedazo de lobo, conociéndolo seguro que la mitad de la gente que invitó ni conocerá a Uriel -bufó Amber, Nickolas rió y se adentraron a la casa.

Se escuchaba la canción de Verano azul a todo volumen. La supuesta reunión, había terminado siendo una gran fiesta, retumba ventanas. Todos bailaban en la gran sala con las luces apagadas; sólo se veían unas pequeñas luces que hacían unas máquinas y había mucho humo. Unos cuantos se bañaban en la piscina y otros se atragantaban de comida.

Lestat ligaba con muchas chicas a la vez y Uriel sólo bebía en el minibar.

Amber y Nickolas se separaron inesperadamente de Katy y Thony que desaparecieron al entrar en la masa de gente, ellos dos no se separaron porque Nickolas cogió a Amber por el brazo para no separarse; Nickolas miró a Uriel en el bar.

-Ahí está, ahí está -se emocionó un poco.

-Ahg, Nicko. Hay algo importante que tengo que decirte, verás...

-Me lo dices luego, vamos -arrastró a Amber por el brazo hasta donde estaba Uriel.

-Ho... hola -saludó este.

-Epa, Uriel -saludó ella.

Uriel miró a ambos de arriba abajo. “¿Por qué carajo tiene que venir a restregármelo en la cara?”, pensó. –Hola –saludó y luego volteó a ver a la gente mientras bebía.

-Parece molesto -le susurró Nickolas a Amber al oído.

-Es que hay mucha gente y a el no le agrada tanto bullicio -le contestó ella igualmente al oído.

Uriel escuchó el cuchicheo que tenían ambos. -¡Ag! –Gruñó y frunció el ceño. Se terminó su trago y caminó entre los dos, haciendo que se separaran bruscamente, mientras él buscaba a alguien con quien bailar o que fuese conocido.

-¿Estará molesto conmigo? -se preguntó Amber en voz alta.

-No sé, quizás hiciste algo que lo molestara.

-No sé, tendré que hablar con él para ver qué le pasa -suspiró -espérame aquí, Nicko -se fue detrás de Uriel y al alcanzarlo entre la multitud, le haló el brazo -Uriel, espera...

-¿Qué? –Preguntó secamente.

-¿Estás... molesto conmigo? -puso cara de preocupación -¿hice algo que te molestara?

Uriel rió con incredulidad. -¿Yo? ¿Molesto contigo? ¿Por qué lo estaría? A ver… Dime una razón.

-Ah... bueno, no sé -frunció el ceño al ver la altanería de Uriel -y sí, pareces molesto.
Maldita sea, sólo mírate... -Se cruzó de brazos suspirando.

Uriel bufó. –Sí, estoy molesto, ¿Feliz? –Le dio la espalda y siguió caminando. Quería salir del sitio.

Amber lo siguió. –A mí no me des la espalda, carajo -lo siguió hasta que llegaron a un balcón a solas de la casa de Lestat -espera, tu... estúpido, idiota...

-¿Si no qué? –Preguntó él, dándose la vuelta de repente.

-Si no... Si no, no te doy tu regalo de cumpleaños -fue lo único que se le ocurrió.

-¡Bah! –Movió la mano con fastidio. -¿Y qué? ¿Qué me darás? ¿Me dirás que el tipo con el que andas es tu novio? ¿Ese es tu regalo?

-¿Qué?, ¿tú te volviste loco?, ¿cómo Nicko va a ser mi novio?

-¿Cómo que cómo? Desde que llegó, te dejas abrazar por él, caminan de mano y ahora hasta te toca –dijo casi gritando por el volumen de la música y por la rabia.

-Eso... eso fue porque me estaba sacando las medidas para el estúpido vestido de la estúpida obra, además él es gay... -casi lo gritó -sino, no lo hubiera dejado.

-¿¡Que qué!? ¿Gay…? –Dijo un poco confuso. Lestat se lo había advertido-¿Y cómo estás tan segura de que es gay? ¿Y si hace todo sólo para estar contigo y tocarte?

-¡COÑO, PORQUE QUIERE CONTIGO! –gritó.

-¿¡AH!? ¿Que quiere con…? –Uriel hizo una mueca de asco.

-Si, está perdido por ti y no me ha dejado explicarle que eres heterosexual; eso me está frustrando, y para más colmo, tú estas todo estúpido también. Él es un buen amigo y no quiero que se decepcione tanto -se sobó la sienes mientras caminaba de un lado a otro -entonces me ha estado arrastrando toda la tarde de un lado a otro persiguiéndote... pero habla tanto que no me deja decirle casi nada... ahg, ¡MALDICIÓN!

Uriel quedó atónito y luego sonrió. –Ah, era eso…


-Si, es eso... y tú que no ayudas en nada y vienes y te molestas conmigo como si yo tuviera la culpa de que el sea gay y de que le gustes.

-Pff, ¿y qué rayos iba a saber yo que ese pobre loco es gay?

-Pues es obvio, ¿no me digas que no te diste cuenta?, sólo con verte, se le parte la galleta y eso que normalmente es tan serio...

Uriel suspiró. –Diablos…, no, no me di cuenta. ¿Y ahora qué carajo hago para quitármelo de encima?

-No sé, he tratado de decirle que no eres de ese equipo toda la tarde pero no me escucha -suspiró con él y se apoyó de la baranda del balcón.

-Bueno, tendré que buscarme una novia por hoy para que crea que tengo a alguien y deje de molestarme –comentó poniéndose a su lado y apoyándose de la baranda.

-Me acabas de dar una idea, aunque es un poco descabellada... ¿Y si yo soy tu novia por hoy?-sonrió con picardía.

Uriel sonrió. –Mmm… ¿Se vale besar?

-Mmmm... Supongo que sí, tenemos que ser lo más realistas posibles.

Uriel rió. –Bueno… -permaneció un momento en silencio y luego habló. –Amber, ¿quieres ser mi novia por hoy? –Le preguntó sonriendo.

-Será un placer -contestó ella devolviéndole la sonrisa.

-¿Quieres ir a bailar o tomar algo?

-A bailar sería lo ideal, ¿no crees?

-Sí… Vamos a bailar –Uriel la tomó de la mano como si fuesen “novios” y la llevó hasta la sala donde los invitados bailaban.

Justo cuando entraron a la pista de baile empezó a sonar una suave música, Amber colocó los brazos rodeando el cuello de Uriel y éste la cogió por la cintura -parece que el DJ, está de nuestra parte -comentó sonriendo.

Uriel sonrió ampliamente. –Parece que sí –le acarició el cabello.

Amber fijó sus ojos en los suyos y comenzaron a bailar despacio, Nickolas les observaba desde la barra un poco preocupado, Amber se sentía un poco mal por tener que demostrarle de esa manera que Uriel no era de ese equipo, pero algo en su interior no le impedía tener remordimiento alguno.

Uriel no dejaba de observar los ojos grises de Amber y sus labios; quería besarla, ella ya le había dado permiso, y no quería hacerlo sólo por sacarse al gay de encima, sino porque lo deseaba. Extrañaba lo suave que eran y su dulce sabor debido al brillo labial de fresas.

Amber anhelaba los labios de Uriel, ella le había dicho que podía besarla pero tenía un poco de temor de dar el primer paso, la música se detuvo y como un fantasma Nickolas se apareció a su lado.

-Hola, chicos. Veo que se arreglaron -comentó este un tanto preocupado.

-Si, algo así... verás Nicko hay algo... -trató de decir Amber.

-No sabía que bien bailabas Uriel, eres maravilloso -interrumpió Nicko dirigiéndose a Uriel.

Uriel tomó la mano de Amber y la besó. –Sí, ya nos arreglamos –dijo sonriendo y volteó a ver a Nickolas. –Gracias por lo de que sé bailar.

Amber quedó en shock por un segundo y Nickolas palideció -Oh sí, ya veo -se volteó y se fue.
-Ahg, ahora me va a odiar... Espérate aquí un segundo que ya vengo -soltó la mano de Uriel y fue tras Nickolas.

Uriel dejó que ella fue tras Nickolas y fue a buscar a Lestat; éste estaba besando a una chica y no quiso interrumpir; luego distinguió a Katy con Thony, que parecían que se iban a comer vivos.

Amber logró alcanzar a Nickolas a duras penas, parece que esa noche ha estado corriendo detrás de los demás, le cogió por el brazo y este al verla con rostro preocupado le sonrió con vergüenza.

-Supongo que eso era lo importante que tratabas de decirme -le dijo.

Amber suspiró -lo siento -fue lo único que pudo articular.

-No tienes porqué, yo me confié demasiado, además tú trataste de decírmelo y no te escuché... cuando me emociono, a veces hablo demás y no escucho a nadie.

-No quiero que me odies por esto... eres el único amigo varón que tengo en esto del ballet, los demás los odio repudio tanto que me provoca escupirles.

Nickolas se carcajeó -Tranquila, todavía somos amigos y de los mejores, después de todo, ¿dónde más voy a encontrar a la pareja de baile perfecta para mi?, eres tan directa y tan genial, que creo que te puedo considerar mi mejor amiga.

-Pero... sólo te conozco un día y eso que al principio me caías de la patada.

-Lo sé, ¿pero que te puedo decir? -rió y la abrazó -cuando me consiga un novio así de guapo como el tuyo, a ti será a la primera que se lo diré.

-Eso me honra -rió y le devolvió el abrazo, mucho más feliz y relajada.

Uriel se recostó de una pared esperando a que Amber apareciera. De la nada le apareció Agnes y él se sobresaltó.

-Gracias por ayudarme hoy –dijo ella sonriendo.

Uriel fingió una sonrisa. –De nada…

-¿Qué haces? Estás aquí solo… Puedo acompañarte.

-De hecho, estoy esperando a alguien.

-¿A quién? –Se le inclinó casi invadiendo su espacio.

-A Amber –respondió con dureza.

-¿Para qué? Ella está loca.

-Me gusta así.

-¿Y una como yo no te gusta?

Amber caminó hasta Uriel pasando por el público, Nickolas le dijo que no quería interrumpir su tiempo con Uriel y se había ido a buscar amor entre algún invitado de la fiesta, al ver a Agnes con Uriel sintió que se ponía de todos los colores por la furia y más al escuchar la pregunta que le hizo ésta a él como una "novia" reclamando lo que es suyo; se acercó a ellos, colocó su brazo rodeando la cintura de Uriel y miró a Agnes.

-Las zorras no les va muy bien -dijo con una sonrisa en los labios.

-¿Cómo que zorra? –Repitió Agnes frunciendo el ceño y con ganas de matar a Amber.

-Hola, mi vida –la saludó Uriel con una sonrisa y luego la besó en los labios repentinamente.

-Ya regresé -sonrió Amber luego de que Uriel la besara -el asunto está arreglado -ignoró a Agnes completamente como si no estuviera allí.

-Qué bueno –dijo Uriel riendo. -¿No lloró? –Se le había olvidado de Agnes seguía allí.

-No, es más, me considera su mejor amiga -sonrió con orgullo -Tengo mi primer amigo gay, eso es bueno -rió.

Uriel carcajeó. –Y tu primer novio “chupa sangre” –le dio un beso en el cuello. Agnes vio horrorizada y se fue echando chispas.

Amber se carcajeó al verla tan amotinada -No sólo te sacaste de encima a Nicko, también a los seres no deseados -dijo refiriéndose a Agnes.

-Sí, de lo único de lo que no me quiero deshacer es de mi novia por un día –comentó sonriendo, esperando que Amber captara su indirecta.

-Por cierto, ¿conoces a toda esta gente? -preguntó Amber sin captar la indirecta y cambiando totalmente de tema.

Uriel se decepcionó un poco y vio al gentío que bailaba. –A algunos… El resto son puros amigos de Lestat.

-Ese perro nunca cambia, se supone que es tu fiesta -comentó con el ceño fruncido.

Uriel rió. –Él ahora es el único que me hace algo en mi cumpleaños. Por eso no me quejo.

-Ah, por cierto, te tengo un presente -Amber hurgó en su bolsillo y sacó una pequeña cajita -ten, es muy pequeño ya que, como sabes, estoy en quiebra. Pero espero que te guste.

Uriel miró la pequeña caja. –Gracias… -Dijo extrañado. –Bueno, aunque todo lo que venga de ti, me gustará –comentó mientras abría la caja.

Al terminar, vio un collar con un muñequito extraterrestre colgando. Uriel sonrió al verlo. “Típico de Amber”, pensó. –Gracias, Amber –le sonrió y se acercó para besarla en la mejilla; pero más deseaba besar sus labios, así que se acercó hasta ellos, pero temió por la reacción de Amber; no quería que se sintiera extraña.

Amber esperó el beso pero al parecer Uriel se había incomodado, así que decidió empezar a hablar -qué bueno que te gustara, lo vi y me dije, ese es Uriel, así que bueno... lo compré.

Uriel se mordió los labios y se echó para atrás. –Sí… Igualito. Verde y todo como cuando me pega el Sol –lo último lo dijo casi en un susurro.

-Verde... -rió -bueno no es tu culpa ser alérgico al Sol, aunque es una enfermedad poco conocida, por lo menos no te afecta tanto, he leído que hay gente que ni puede salir de día, justo como los vampiros, pobres.

Uriel carcajeó. –Yo también lo he leído… ¿Qué te puedo decir? Soy extraño en todos los aspectos.

Amber rió -bueno, yo tampoco soy un ser humano normal después de todo, así que quizás sea extraterrestre también y nunca lo supe.

-Tal vez. Uno nunca sabe… -miró el reloj de su muñeca. –Me quiero ir, ya ni sé dónde está Lestat. ¿Quieres que te lleve a tu casa?

-Ah -suspiró -si, tengo una práctica especial con Nicko desde temprano hasta la tarde... y yo también me quiero ir, este gentío me molesta.

-Entonces vámonos –Uriel volvió a agarrarla de la mano y pasó entre la gente. Llegaron al auto y le abrió la puerta como siempre, y luego se montó él.

Amber le gustaba mucho estar en el auto de Uriel, era como si se relajara cada vez que estaba en él, y por supuesto con Uriel a su lado, todavía más.

Uriel manejó por la oscura autopista, para llegar al edificio donde vivía Amber. Se detuvo y la vio medio dormida en el asiento de al lado. Le acarició la mejilla -Ya llegamos a tu casa.

Amber suspiró porque ya habían llegado, el camino se le hizo muy corto miró el reloj en el tablero del auto, las 11:55 –bueno, entonces hasta mañana -se iba a bajar del auto pero luego se volvió y lo miró fijamente.

-Hasta mañana… -le respondió Uriel un poco extraño porque ella no le dijo buenas noches, o gracias por traerme, ni le dio un beso en la mejilla. Se extrañó aún más cuando se devolvió. -¿Qué pasó?

-Nada -se acercó a él y le colocó la mano en su mejilla -nada de nada -susurró y le besó, un beso intenso como el que se habían dado hace unos días en su casa, lleno de deseo y anhelo, pero sólo eso, un beso; luego de un rato se separó de él y se mordió el labio esperando alguna reacción de su parte.

Uriel tardó un poco reaccionar; luego vio el reloj: 11:57pm. –Aún sigo siendo tu novio –sonrió y la besó mientras acariciaba su mejilla. Fue tan intenso, que hubo un momento que se quedaron sin aire y él sólo separó un poco sus labios de los de ella, pero después volvió a besarla con tanta fogosidad que la hizo gemir.

Amber sólo deseaba que el reloj se averiara y que no llegara a las 12, se sintió como la protagonista de su cuento favorito de niña, la cenicienta, pero bastante más pervertido.

Uriel la besó por su barbilla y luego bajó despacio hasta su cuello. Cuando vio en el reloj las 11:59, lo tapó con la mano y saboreó la sangre de su cuello; la mordió despacio mientras acariciaba su cabello.

Amber sonrió cuando Uriel hizo eso -es como si siempre leyera mi mente -pensó y se dejó acariciar mientras trataba de controlar sus impulsos de jadear.

Uriel se detuvo sólo unos segundos para dejarla tomar aire, pero cuando volvió a besarla, el reloj de su muñeca empezó a sonar y a prender una luz azul que avisaba que eran las 12:00am. Separó poco a poco sus labios de los de Amber y le sonrió mientras la miraba fijamente.

–Cenicienta, debes bajarte antes de que te quedes encerrada dentro de esta calabaza… No porque se vaya a convertir, sino porque el conductor te va a secuestrar.

-Rayos, maldito sea el tiempo -pensó y fingió una sonrisa pero estaba muy decepcionada de que tuvieran que parar allí –bueno, hasta mañana -arrastró esas palabras con molestia, pero le besó la mejilla antes de bajarse del auto.

-Hasta mañana –le sonrió y arrancó hacia su casa. Se sentía un poco cansado y lo único que quería hacer, era acostarse un rato.

Amber llegó a su casa, su madre estaba sentada en el sillón y la vio entrar; Amber le miró un segundo, se había preparado mentalmente para hablar con ella luego de lo que pasó con lo de su novio, pero en ese momento sólo pudo decir -buenas noches -y empezar a caminar a su habitación.

-Espera, Amber... -dijo su madre deteniéndola, ella se paró pero no dio la vuelta -¿Podemos hablar?

Amber suspiró y se fue a sentar en el sillón al lado del suyo - dime, ¿de qué quieres hablar?
Su madre se quedó en silencio por un momento, Amber se sentía muy nerviosa -¿por qué estas llegando a esta hora? -dijo y Amber se sorprendió.

-Ammm... ¿y por qué te interesa? -Preguntó Amber molesta y se levantó.

-No, no, no espera... eso no era lo que quería decir... ahg, he perdido mi facultad de madre.

-Vaya, eso es un progreso, pero es como tarde para que te des cuenta.

-Si... -suspiró -yo, lo... siento -Amber quedó como en shock, por inercia se sentó en el sillón nuevamente.

-Creo que estoy alucinando, ¿dijiste lo que dijiste?

-Si, hija...

-¿Y me llamaste hija?, definitivamente esto es una clase de sueño, debo estar durmiendo todavía en el auto de Uriel -susurró lo último pellizcándose.

-Hija, de verdad siento ser así, pero después de que ese hombre nos dejara, digamos que... cambien un poco.

-Mamá, no fue un poco, fue un cambio tan drástico como un terremoto, tengo suerte de no ser una drogadicta o prostituta.

-Oh, Amber. No exageres, no pude haber sido tan descuidada contigo estos años.

-Madre, lo creas o no han pasado 13 años desde la última vez que nos sentamos así, y creo que esa última vez fue para decirme que papá no iba a volver a pisar esta casa.

-Ammmm, este.... mmm... bueno, si tienes razón... yo.... ahs, volviendo al tema, es que lo siento, ¿si?, no he sido una buena madre, ni siquiera he sido madre.

-Está bien, mamá. Te perdono, no te tienes que esforzar por tratar de ser una buena madre ahora, sólo sigue siendo mi madre -le puso la mano sobre la suya tranquilizándola y luego se levantó del sillón para irse a su cuarto -y mamá... te quiero.

Su madre sonrió aliviada y a punto de romper a llorar -yo también, hija, yo también.

***

Uriel llegó a su casa y entró a hurtadillas por la puerta trasera. “Seguro que si Caleb me ve llegando a ésta hora, me golpeará con un sartén”, pensó y subió las escaleras, pero una crujió antes de él pisarla.

-¿Qué coño haces tú llegando a esta hora? –Era Caleb.

-Bueno… Me hicieron una reunión por mi cumpleaños y me quedé un buen rato en casa de Lestat…

-¿Y estas son horas de llegar? No me llamaste, no me diste chance de felicitarte, y me dejaste despierto toda la noche esperándote para picarte un tonto pastel de frutas, porque no había de otra cosa en la pastelería y de paso, la vendedora me atendió mal. ¡Yo hubiese sabido esto, y no compro un carajo!

-Lo siento, papá… Creí que llegarías tarde del trabajo.

-¡Y sí! Llegué tarde, pero fue buscándote la torta que a ti te gusta –frunció el ceño. -¿Sabes qué? Desde que se te apareció la tal Amelia, no tomas en cuenta a uno. Me voy a dormir –Caleb fue caminado tranquilamente a su habitación y Uriel lo siguió.

-Hey, de verdad lo siento… Pero, es que… -frunció el ceño. -¡Ella ya no es Amelia! ¡Es Amber! Quisiera que entendieras eso… Sigue siendo el mismo físico y la personalidad loca, pero no es la persona que me atormentó tanto.

-Bueno, como sea… ¡Me has tenido toda mi vida buscándola para matarla, y ahora te enamoras de ella!

-Yo no elegí enamorarme –bufó Uriel y bajó la mirada.

-Bueno, no sé. Ese es tu problema ahora… Buenas noches –Caleb cerró la puerta y no le dio chance a Uriel de que le dijera que lo perdonara una vez más. Éste se fue directo a su cama a “descansar”.

3 comentarios:

  1. Pues si que cambio la madre, aaaaaaa, me a encantado el capi, y e de decirte que el que seea tan largo y extendido, solo lo hace mas irresistible, te atrapa la historia y es como una droga nopuedes dejar de leer, genial, jajajaja
    Un beso mi niñi y por favor cuidate ¿si?

    Por cierto a tu pregunta de quien seria en mi historia el bebe por nacer, pues como sera hijo de Charlie y Sue, pues sera medio hermano de Bella y por lo tanto tio de Nessie, espero te haya quedado claro, me explico fatal jajajaaj

    Nos vemos guapa, y nuevo capi de Gigolo en mi blog

    Irene /esperado anochecer

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  2. Hola

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